ENTRE
COLUMNAS
MATRIMONIO
HOMOSEXUAL
La sociedad occidental, tras siglos de luchas políticas y
sociales, ha moldeado unos principios de igualdad y libertad que se pregonan
naturales, universales, irrenunciables e inalienables.
Característico de ese desarrollo evolutivo de derechos es
que, una vez abierta una puerta, es imposible volver a cerrarla. Entre esas
puertas abiertas se encuentran la libertad y la igualdad y, como en cualquier
tragedia griega, en donde ninguna felicidad es eterna y ningún privilegio es
absoluto, al abrir esa puerta, pasaron por ella ciertos pequeños demonios que
inmediatamente comenzaron a danzar a nuestro alrededor, quitandole el sueño y
la tranquilidad a quienes los liberaron.
Me refiero a la igualdad de derechos de la comunidad
homosexual frente a la Ley, pero sobretodo, frente a la sociedad en general.
El ultimo fallo de la Corte Constitucional al respecto,
dio vía libre al matrimonio entre personas del mismo sexo, pero curiosamente,
olvidó mencionar que el reconocimiento y, entre comillas, legalización de estas
situaciones de hecho, que hace rato se vienen dando en nuestro medio, no era el
fin del camino, sino apenas el comienzo de la jornada.
Por que una cosa es decir que existe el matrimonio
homosexual, y otra, mas delicada, es el cumulo de derechos que nacen del
reconocimiento legal de esa unión de pareja, tales como la posibilidad de
solicitar inseminaciones in vitro, adopciones, abortos terapeuticos y toda una
gama de posibilidades legales que nadie se imaginaba.
¿Podrá una pareja mujer-mujer solicitar a su EPS que una
de ellas sea fertilizada in vitro?, ¿la obligamos a que acceda carnalmente a un
varón para poder procrear? Y una vez embarazada y nacido el fruto del acceso
carnal,¿quien es legalmente el padre? Por que recuerden que según nuestra
legislación actual, el hijo de mujer casada se presume del esposo, pero como lo
que tiene es esposa, ¿a quien demandamos por inasistencia alimentaria?
Ahora miremos el caso de una pareja hombre-hombre:
¿tienen derecho a solicitar un menor en adopción?, ¿podrá el Instituto
Colombiano de Bienestar Familiar negar esa adopción sin incurrir en
discriminación? ¿se les da en adopción una niña o un niño?.
Ni hablemos del caso en que dos menores, ambos
homosexuales, deseen contraer matrimonio ¿puede negarseles ese derecho?
Como ven, desde el punto estrictamente legal, el asunto
da para que los tratadistas nos regalen varios tomos, para que la
jurisprudencia abra nuevos campos de estudio y las facultades de derecho
establezcan cátedras especializadas.
Y eso es lo de menos, por que el real problema surge de
la aceptación o rechazo social que esas situaciones generen, así como el
impacto que reciban los menores de edad que estén de por medio, o es que nadie
se ha preguntado ¿que pensara un niño criado por una pareja homosexual al
descubrir que los padres de sus compañeros son de sexos diferentes?
No es una idea fácil de digerir, por que muchos de
nosotros, padres de familia, nos veremos avocados a compartir y departir con
padres homosexuales en los colegios. Y entonces surgen mas interrogantes:
¿mandaremos a nuestro hijo a hacer las tareas en la casa del compañero cuyos
padres son hombre-hombre?, ¿y a nuestra hija donde los padres sean mujer-mujer?
Es que, mas allá del repudio o aceptación que cada uno de
nosotros sienta por las parejas homosexuales, el hecho real es que existen y
van a aumentar en numero, tendremos que convivir con ellas, y nuestros hijos
crecerán viéndolas como un elemento mas del paisaje social.
Entonces vayamos haciéndonos a la idea, ya que serán
situaciones que, de aquí en adelante se volverán cotidianas, por que, como en
la mitología griega, la caja de Pandora ya se abrió, y en ella solo quedó la
esperanza de que nuestra sociedad asimile, de la mejor manera posible, este
nueva realidad en la que vivimos.
FABIAN VELEZ PEREZ
velezperez@operamail.com
Noviembre 2011
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