domingo, 21 de septiembre de 2014

FORMACION O ADOCTRINAMIENTO

ENTRE COLUMNAS

FORMACIÓN O ADOCTRINAMIENTO

El noble arte de la docencia, indebidamente manejado, puede convertirse en un arma ideológica bastante contundente. Cuando la docencia no transmite conocimientos e ideas, sino doctrinas políticas, se transforma en algo vil y rastrero.

Durante siglos, la academia ha sido el manantial de donde han brotado los más caudalosos ríos de  ideas que transformaron el mundo. Es por ello que las dictaduras, lo primero que cercenan, es la autonomía académica, la libertad de enseñanza, ante el temor de que en los salones de clases se formen los líderes ideológicos que, más adelante, lideren los vientos de cambio.

Pues bien, en estos días se me acerco un estudiante de maestría, al cual conozco desde su época de pregrado universitario y a quien siempre he considerado un brillante estudiante, después un gran profesional y ahora un promisorio jurista, mostrándome las observaciones que a su tesis de maestría le realizaba el docente encargado de guiarlo en tal labor.

El motivo del ejercicio académico era escuchar mi opinión respecto a dichas observaciones.

Sin mayor prevención abordé la lectura de la misiva del denominado director de tesis y, a medida que avanzaba en las 7 páginas de su crítica, sentí un escalofrió recorriendo mi espalada, ante el carácter peyorativo del contenido del documento. Solo falto que le dijera al aspirante a maestría que era un burro jurídico. Aparecían frases disonantes e insultantes por doquier, dejando para el final el triste señalamiento de que el trabajo presentado  era de una esterilidad inconmensurable.

Tome el borrador de la tesis y lo devore en una hora, preocupado por saber cuál era el gran pecado que mi pupilo había cometido para merecer semejante serie de insultos académicos, y me encontré con una sorpresa verdaderamente lamentable.

La tesis, aunque con algunas imprecisiones, plantea una teoría juridica de avanzada, en donde se resalta nuestra realidad política actual, y en donde se explica, que no justifica, la aparición de los grupos de autodefensa como una reacción de ciertos sectores de la nación, ante la incapacidad estatal de preservar el orden público.

En el recorrido jurídico del documento, se esboza la teoría de la responsabilidad del Estado por su inoperancia frente a los actos terroristas, y como ello llevo al surgimiento de grupos armados patrocinados por las victimas de dichos actos terroristas, atribuyéndole al Estado la responsabilidad de dicha situación, por su actuar permisivo frente a la delincuencia.

Pero el mayor pecado de la tesis de grado es que pone en entredicho el entarimado del actual proceso de paz, al señalar que deben ser las victimas y no los victimarios quienes exijan mecanismos que garanticen la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición, partiendo del supuesto que el Estado debe repetir económicamente en contra de aquellos que se beneficiaron de sus actos de terrorismo, a la vez que desnuda la falacia del idealismo político de los señalados como terroristas.

Frente a esto, el director de tesis asume la posición oficial actual, y tal vez siguiendo las palabras de nuestro presidente, tilda de ignorante al autor del proyecto académico, sobre todo cuando este, a modo de corolario, señala la insostenibilidad de la teoría jurídica de la actual negociación, frete a los lineamiento del derecho internacional humanitario.

Volví a leer la diatriba del docente, y entonces se hizo evidente que era más un manifiesto político que una orientación académica.

Visto lo anterior, pasa por mi mente la idea de que, poco a poco, nuestro actual gobierno nos está llevando a un terreno en donde  la academia se transforma de lleno en un aparato de reproducción ideológica del Estado, en donde una tesis de grado es rechazada y su autor pisoteado por ser su idea y por ende, su proyecto académico, “políticamente incorrectos”

Y ante ello no queda más que pensar que no acercamos peligrosamente al abismo de una dictadura ideológica, en donde todo aquel que no comparta las políticas oficiales, está sometido al matoneo académico, por aquellos que, irónicamente, piden hoy a gritos perdón y reparación.


FABIAN VELEZ PEREZ
velezperez@operamail.com
septiembre 2014